Un niño de tan solo cinco años subió a un escenario sin saber que sería el inicio de su carrera como artista. Un artista completo y calificado como el mejor actor, humorista, compositor, productor, director y escritor británico. Charles Chaplin, nos dejó un gran legado del cine mudo y el humorismo, por ello, el Centro Cultural y el Elenco de teatro de la Universidad Continental le rindió homenaje rememorando su nacimiento en Inglaterra un 16 de abril de 1889.
Una muchacha vendiendo rosas aparece en escena y del otro lado un personaje de pantalones holgados, saco estrecho, sombrero pequeño y zapatos anchos, la observa con una gestualidad en el rostro que denota estar deslumbrado por ella. Sin duda, se trataba de una de las obras magistrales de Charles Chaplin, Luces de la Ciudad, teatralizada por el Elenco de Teatro de la Universidad Continental como parte del homenaje. Cada estudiante comprometido con su papel hizo reír a los asistentes del auditorio como lo hacía Chaplin con cada una de sus escenas.
Luces de la ciudad fue presentada en 1931 y recibió elogios por su mezcla de comedia y sentimentalismo. Una constante en sus películas, reír y llorar, ser feliz y sufrir de un momento a otro. Charles Chaplin lo experimentó en su vida, así como logró fama y reconocimiento, su madre fue hospitalizada en varias ocasiones por depresión nerviosa, su padre falleció de cirrosis, y él trabajó en sus inicios como mandadero, soplador de vidrio y vendedor callejero.
Chaplin recibió el premio Oscar Honorífico en 1928 y 1972, fue candidato al premio Nobel de la Paz en 1948, distinguido con la Orden del Imperio Británico en 1975 y se colocó una estrella con su nombre en el Paseo de la Fama de Hollywood en 1970. Un artista que merece aún más homenajes por su aporte al cine y teatro.
“La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive cada momento, antes de que baje el telón y la obra termine sin aplausos”. Charles Chaplin.