El programa social «Comunidades resilientes en centros educativos públicos», impulsado por Calma – Servicio de Responsabilidad Social Universitario de la Facultad de Psicología de la Universidad Continental, llegó a la región Áncash con el objetivo de fortalecer el bienestar emocional de estudiantes de instituciones educativas ubicadas en la provincia de Huaylas. Las intervenciones se desarrollaron en las localidades de Caraz y Mato, priorizando espacios formativos adaptados a los contextos educativos y culturales de la zona.
En ambas instituciones se desarrolló la charla «Reconocer, acompañar y derivar: afrontando las crisis emocionales», orientada a ofrecer herramientas para identificar señales de alerta, comprender el impacto de una crisis emocional y conocer las rutas de derivación hacia profesionales especializados. Todas las acciones se desarrollaron siguiendo la metodología institucional del programa, basada en contenidos claros, accesibles y culturalmente pertinentes para comunidades escolares rurales.
La primera intervención tuvo lugar en Caraz, en el Instituto de Educación Superior Tecnológico Público Daniel Villar con la participación de 56 estudiantes de diversas carreras técnicas. Los estudiantes destacaron la claridad de la exposición, la pertinencia del tema y la utilidad práctica de las estrategias presentadas para gestionar situaciones de vulnerabilidad emocional. La sesión permitió reflexionar sobre el autocuidado, la identificación de señales de riesgo y la importancia de solicitar apoyo a tiempo.
La segunda actividad se desarrolló en la I.E. José Straussberger, en el distrito de Mato, donde participaron 37 estudiantes de 2.º y 3.º de secundaria. En esta institución, además de la charla principal, se incorporó la narración del cuento «El monstruo de colores» como recurso pedagógico para comprender las emociones básicas. La dinámica facilitó la participación activa del estudiantado y promovió un espacio de confianza para formular preguntas y profundizar en temas de regulación emocional.
Al respecto, Giovanna Osorio Romero, psicóloga coordinadora del programa señaló que “estas acciones forman parte de nuestro compromiso por acercar herramientas de cuidado emocional a comunidades educativas que enfrentan barreras para acceder a servicios de salud mental. En Áncash encontramos equipos directivos comprometidos y estudiantes altamente participativos, lo que reafirma la importancia de mantener una presencia sostenida en diversas regiones del país.”
Ambas actividades fueron conducidas por Yeimi Milagros Torre Rubina, interna de psicología del programa Calma, quien compartió su experiencia: “Ha sido muy significativo observar el interés del alumnado cuando se les ofrecen espacios seguros y recursos accesibles para hablar de sus emociones. Tanto en Caraz como en Mato se generaron diálogos abiertos y sinceros, lo que muestra la necesidad de integrar de manera continua la educación emocional en el entorno escolar.” Yeimi Torre resaltó también la importancia de continuar generando iniciativas que fortalezcan la salud emocional en contextos educativos rurales.
Estas intervenciones consolidan el compromiso del programa Comunidades resilientes con la promoción de entornos escolares seguros, informados y emocionalmente saludables en las distintas regiones del país.
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