El neuromarketing se basa en el conocimiento de los procesos cerebrales vinculados a la percepción sensorial, el procesamiento de la información, la memoria, emoción, atención, emociones y los mecanismos que interactúan en el aprendizaje y toma de decisiones del cliente, explica Solís; asimismo explicó sobre las metodologías en las que se basa como biofeedback, herramienta de observación que analiza las reacciones de un consumidor ante estímulos publicitarios, la resonancia magnética funcional – fMRI que permite ver cómo y dónde se activa el cerebro ante cada estímulo mientras este trabaja.

Solís también explicaba sobre el cerebro triuno que posee tres niveles, el pensante, reptiliano y límbico que funcionan de manera interconectada y que en la compra de productos y servicios como seguros, alarmas y todos aquellos cuya demanda crece cuando existe una sensación de inseguridad, tiene su base en el cerebro reptiliano; del mismo modo, las necesidades relacionadas con emociones, como el amor, el reconocimiento de los demás o la pertenencia, tienen origen en el sistema límbico. El córtex interviene cuando tendemos a analizar la información en forma más analítica, evaluando alternativas de manera consciente.