Los prebióticos ayudan a prevenir las infecciones intestinales y el cáncer de colon
La M.Sc. Elda Sabino da Silva, representante del Instituto de Pesquisas Tecnológicas – Brasil, especialista en biotecnología, desarrolló el Taller Prebióticos: “Una industria biotecnológica saludable, rentable e innovadora”, el pasado miércoles 10 de junio.
Este taller fue organizado por la Dirección de Investigación de la Universidad Continental con el objetivo de dar a conocer el proyecto “Producción de Fructooligosacáridos (FOS) y selección de linajes de Aspergillus sp. de alto rendimiento” que actualmente desarrolla la Universidad Continental con financiamiento de FINCYT; asimismo, las diferentes metodologías de obtención de prebióticos y los avances biotecnológicos
PREBIÓTICOS. Son sustancias vegetales no digeribles que pueden formar parte de algunos alimentos o ser adicionadas. Una vez consumidas, al llegar al intestino, sirven de alimento para las bacterias benéficas, como los lactobacillus y las bifidobacterias, hospedadas en él. De esta manera, ayudan a prevenir el desarrollo de cáncer de colon y estimulan la capacidad del tubo digestivo para prevenir infecciones intestinales y eliminar las bacterias patógenas y sus toxinas.
Los prebióticos los puedes encontrar en forma natural, en alimentos como el trigo, el ajo, la cebolla, los espárragos, entre otros. En el mercado, adicionados a productos como leches, yogures, cereales y postres infantiles.
Los alimentos adicionados con prebióticos se encuentran dentro del grupo de alimentos funcionales; éstos contienen componentes que ejercen efectos beneficiosos para la salud que van más allá de sus propiedades nutricionales y que contribuyen a mantener o mejorar nuestro estado de salud.
BENEFICIOS. Diversos estudios demostraron que los prebióticos podrían facilitar la absorción del calcio y otros minerales, como el hierro, por lo que podrían mejorar la densidad ósea y prevenir la osteoporosis.
PERSPECTIVAS FUTURAS. “Los retos biotecnológicos para la síntesis de los fructooligosacáridos son: desplazar el uso de la sacarosa, uso de plantas transgénicas, incrementar la producción de FOS en diferentes organismos y evitar la acumulación de glucosa”, señaló el M.Sc. Boris Gutarra Castillo, investigador de este proyecto.
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Para que un alimento sea clasificado como funcional debe demostrar que sus efectos beneficiosos se producen cuando es consumido en cantidades normales dentro de la alimentación cotidiana