Ante los más de 750 universitarios participantes de CADE Univeristario 2025 realizado en la Escuela Naval del Callao, el presidente fundador de la Universidad Continental, Fernando Barrios Ipenza, habló sobre la CADE Ejecutivos, de la cual fue presidente en 2024. Aquí, el íntegro de su exposición.
Cada vez que venimos a CADE universitario, se llena de energía positiva. Yo he tenido oportunidad, durante toda mi vida, de interactuar con jóvenes. Como lo han referido en la presentación, soy fundador y presidente de una organización educativa. Y sé, porque también soy producto del producto, que la juventud no solo está cargada de energía, sino de sueños, esperanzas y también de responsabilidades.
IPAE y CADE Universitario me han pedido compartir con ustedes algunas ideas, muy básicas y en pocos minutos, sobre lo que fue el CADE Ejecutivos. IPAE – Acción empresarial tiene distintos eventos: CADE Universitario, CADE Salud y CADE Ejecutivos.
CADE Ejecutivos reúne mil ejecutivos del país: No solo a grandes empresarios, sino también a empresarios emergentes. Quiero preguntarles ¿cuántos de ustedes quieren ser emprendedores o emprender? Una inmensa mayoría. ¿Qué significa eso?
En el Perú, el 70% de los jóvenes que estudian en universidades, independientemente de la universidad, pretende emprender. Eso qué refleja, refleja una cultura de asumir retos. Evidentemente, somos conscientes de qué necesitamos, porque a veces esperamos poco del Estado, sino que queremos construir nuestro propio futuro. Por eso es que tenemos ese sesgo tan marcado de querer ser emprendedores.
En el Perú el 70% quiere emprender, pero quiere emprender negocios propios o quiere fortalecer sus negocios familiares. Porque el éxito en el Perú es un éxito familiar. Eso es muy importante. El éxito del Perú significa un éxito familiar. Es por eso que, cuando los jóvenes de beca 18 van a las universidades, sus padres los acompañan; cuando se gradúan, va el abuelo, va el papá, va el tío. Ese concepto de éxito familiar es muy marcado. Es por eso que las personas quieren emprender para mejorar la situación propia y la de sus familias.
Pero eso tiene una limitación. Porque el éxito no tiene que ser solo propio o familiar, sino que tiene que vincularse con el contexto. Nelson Mandela decía algo muy importante: el sentido de la vida no está sólo en haber vivido, sino en el impacto que uno ha tenido en otras personas. Eso es lo que da significado a nuestra vida.
Este CADE Universitario tiene su propósito. No es solamente fortalecer las competencias de ustedes, de ser más fuertes, más conectados, tener la razón, tener más conocimiento o más poder sino de, sobre todo, tener empatía con el país asumiendo que el país es diverso y tenemos que reconocer la riqueza de la diversidad.
Por ejemplo, la gastronomía es producto de una diversidad; es una fusión de comida china, criolla, española, japonesa, lo que todos queremos, pero la creatividad y la innovación del Perú ha hecho que esa fusión nos dé el posicionamiento que tenemos hoy. Primer concepto, entonces, el éxito no tiene sentido si solo es personal, ni siquiera familiar, sino del conjunto de la sociedad.
Esto implica que la democracia no tenemos que conseguirla solamente como un estadío en el cual tenemos derechos de elegir o de pedir o de recibir, sino obligaciones de dar; que ante la diversidad debemos tener empatía. respeto, reconocimiento; y eso es lo que los jóvenes tienen como riqueza.
Entre ustedes, proviniendo de distintos contextos, universidades y ciudades y carreras han sido capaces de tender puentes. Están haciendo algo muy importante, están mirando el conjunto, reconociéndose con respeto y por supuesto con dignidad. Y ese es otro concepto de la democracia.
Estamos en un lugar privilegiado, la casa de Miguel Grau [la Escuela Naval de la Punta, Callao], quizás el héroe más emblemático y simbólico que tiene el Perú. ¿Qué hizo Grau? Tuvo empatía con el enemigo, tuvo consideración y respetó su dignidad, y todos reconocemos cómo fue capaz de escribir una carta a la viuda de Prat, eso es muy hermoso, tener respeto por el enemigo. Y ¿por qué hablo en estos términos? Porque creo que el principal problema del Perú es la falta de cohesión social.
La cohesión social pasa por el respeto a la divergencia, pasa por respetar al distinto, la opinión del otro y de tratar de construir una visión compartida para que luego el esfuerzo sea compartido.
En CADE Ejecutivos 2024 constatamos una realidad y le pusimos un nombre que fue muy impactante y llamativo. Se llamó “De la degradación a la reconstrucción de nuestro futuro” porque quisimos motivar a que razonemos que el Perú, si bien es cierto, es un país diferente de hace 30 años, tenía muchas menos oportunidades. No teníamos las oportunidades que tenemos hoy, a pesar de los problemas que tenemos hoy.
El Perú tiene fundamentos para ser un país grande. Desde la época del virreinato. El virrey decidió que esta sea la sede del virreinato porque tenía cultura, tenía identidad, fuimos la sede del virreinato. Fue el primer país de del virreynato que tuvo universidad, que tuvo hospital, que tuvo instituciones. Esa es la realidad del Perú. Históricamente ha sido un país de alto potencial.
Como dijo el maestro Basadre, el Perú es problema y posibilidad, así se llama su libro, porque efectivamente, quizás la cohesión social impide que visibilicemos y tangibilicemos todo el potencial que tenemos. ¿Pero qué significa cohesión social, movilidad social? Significa ciudadanía activa, militancia por la democracia y por el bienestar del país con respeto y mirando con dignidad al otro.
En el CADE Ejecutivos nos planteamos tres preguntas. La primera era ¿Qué hemos hecho?; la segunda, ¿Qué hemos dejado de hacer?; y la tercera, ¿qué tenemos que hacer necesariamente?
En la respuesta a la primera pregunta, constatamos cosas hermosas. En 30 años, habíamos multiplicado por 7 las exportaciones de minerales. Habíamos multiplicado por 30 nuestras exportaciones agroindustriales porque tenemos un país bendito que tiene unos microclimas, pasamos de 600 millones a más de 12 mil millones.
Un tema más anecdótico es que multiplicamos por 5 el consumo de pollo. Fuimos el país que más creció en América Latina y el que más redujo la pobreza. Se creó una clase emergente y el número de estudiantes en universidades se triplicó. En el 2004 éramos 520 mil estudiantes universitarios y en el 2024, un millón y medio. Un país que dio oportunidades.
Esa fue la primera respuesta a la primera pregunta que habíamos hecho bien: crecimos, se redujo la pobreza y creamos oportunidades.
La segunda pregunta era ¿Qué dejamos de hacer? Descuidamos las instituciones, no reformamos la justicia, no mejoramos los servicios públicos, no fomentamos la equidad, descuidamos la política. No hicimos lo suficiente.
Acemoglu y Robinson, premio Nóbel 2024, tienen un libro titulado “¿Por qué fracasan los países?” Ellos dicen que no basta crecer económicamente. Es como el éxito personal: no basta solo tener riqueza, hay que cultivarse en lo personal.
El País no hizo las reformas institucionales que se necesitaban y nos hemos encontrado con una realidad: el País no puede ir por cuerdas separadas. No basta crecimiento económico, también importa el desarrollo social. Y para eso hay que tener tres cosas: políticas públicas eficientes, modelo económico razonable y servicios públicos al beneficio del ciudadano. Eso no hicimos bien y nos encontramos con una realidad: el desencanto que se acrecentó en los últimos años, agravado además porque evidentemente el nivel de desconfianza creció.
Todos sabemos cuánto de popularidad tiene la presidenta o que el 87% de la población no confía en la justicia o el nivel de desconfianza que hay en las autoridades locales. La desconfianza se instaló, eso dejamos de hacer.
Y nos fijamos, entonces, la tercera pregunta. La respuesta, obviamente, se relaciona con la primera y con la segunda. ¿Qué tenemos que hacer? Y lo que tenemos que hacer es, efectivamente, lo que hemos dejado de hacer: persistir en lo que hemos hecho bien, pero hacer lo que no hicimos en su momento porque le restamos importancia. Y un aspecto importante de eso es la militancia activa del joven. No hay democracia ni desarrollo del país si no hay militancia activa de sus ciudadanos, eso está demostrado a lo largo de la historia.
Por eso es que ustedes tienen una gran responsabilidad y qué mejor que hacerlo juntos. Porque juntos, evidentemente, como dice el dicho, uno puede llegar rápido solo, pero llega más lejos si está en conjunto. De eso se trata, hacerlo juntos.
Quiero compartir un video con ustedes. Es ilustrativo de por qué tenemos futuro si lo hacemos juntos. [Construcción comunal del puente Q’eswachaka, ubicado en el departamento de Apurímac, Perú)
¿Qué hemos observado en este video, queridos jóvenes? Que juntos podemos renovar los puentes viejos, deteriorados de desconfianza, de pensar que la individualidad puede más que el conjunto. Juntos podemos renovar puentes viejos y construir puentes más grandes, más hermosos juntos.
Juntos compartir una visión por el país, juntos hacer el trabajo que corresponde. Involucrar a muchas familias y a nuestras estas redes. Festejar nuestros éxitos, mirar con optimismo el país y conectar un punto con otro. Eso es lo que nos corresponde como país.
Pero para ello no basta solo la motivación. Hablaba con Gonzalo Galdos, presidente del IPAE, que la motivación tiene un ciclo de vitalidad. La conciencia es la duradera. Ustedes tienen que ser conscientes de que cada generación tiene que mejorar a la anterior. Como estamos hoy es producto de lo que hicimos antes. Hace 30 años no estábamos tan bien. Es cierto, la mirada de corto plazo siempre nos hace ver más los problemas; la mirada de largo plazo siempre nos hace ver más las oportunidades.
Yo tengo un concepto de vida: el corto y el largo plazo empiezan el mismo día, pero la perspectiva es distinta: como estamos hoy lo empezamos ayer, como estemos mañana lo tenemos que comenzar hoy y juntos, como esa construcción del puente. Es lo que nos corresponde.
Para eso se necesita conciencia. Se necesita que fortalezcan las redes que ustedes han construido en este evento, que sean voceros como líderes, porque ustedes son privilegiados, tenemos una posición de liderazgo, ustedes han sido seleccionados, son líderes. Por lo tanto, un líder tiene poder de incidencia, puede cambiar cosas, puede contagiar, puede movilizar y sobre todo, tiene que ejemplificar.
Por eso queridos jóvenes, en este contexto del CADE Universitario, lo me toca decirles es que asumamos nuestra responsabilidad, que seamos una generación de cambio, de mejora. Construyamos una historia, que es lo más hermoso que uno puede hacer en la vida, construir una historia, ser capaces de contar que empezaron de esta manera y terminaron de otra. Es como como la parábola de los talentos en la Biblia, que dice un padre dejó talentos, bienes, a sus tres hijos y se fue muy lejos. Uno despilfarró la plata porque se dijo qué buena oportunidad, ahora tengo este talento y lo desperdició. Otro fue conservador y lo enterró bajo tierra; mientras que el tercero fructificó, arriesgó, invirtió trabajó el talento. Cuando el padre regresó, evidentemente reconoció al que fue capaz de fructificar.
No desperdiciemos nuestra vida. No nos contentemos con lo que podamos hacer. Fructifiquemos en favor de otros, eso es lo que quiero instarles, queridos jóvenes.
Kausachum Perú
Viva el Perú
Viva CADE universitario
Muchísimas gracias.