No llevan capa ni un estetoscopio dorado, pero si hoy la medicina peruana tuviera un equipo de “detectives clínicos”, sin duda serían ellos: los médicos internistas. Cada 28 de noviembre, el Perú celebra a quienes dominan el arte —y la ciencia— de mirar el cuerpo como si fuera un mapa, unir piezas aparentemente inconexas y resolver los casos médicos más enrevesados.
Porque un internista no solo trata enfermedades; descifra historias.
Detrás de cada diagnóstico complejo hay horas de análisis, correlación de síntomas, interpretación de exámenes, revisión de antecedentes y, sobre todo, una escucha activa que muchas veces cambia el rumbo de un tratamiento. Son los profesionales que acompañan al paciente adulto cuando el cuadro no es claro, cuando intervienen varias enfermedades a la vez o cuando el sistema necesita una mirada integradora.
Y esta fecha tiene un peso especial: se celebra el 28 de noviembre porque ese día, en 1964, se fundó la Sociedad Peruana de Medicina Interna, marcando el inicio formal de la especialidad en el país y la consolidación de una visión que, décadas después, es más necesaria que nunca.
Hoy, mientras nuestras ciudades crecen y con ellas las enfermedades crónicas, los internistas se convierten en un pilar silencioso del sistema: son quienes manejan pacientes con múltiples comorbilidades, quienes buscan causas ocultas detrás de síntomas vagos, quienes coordinan con especialistas y quienes acompañan desde el primer diagnóstico hasta la estabilidad del paciente.
Son, en esencia, los que ven lo que otros no ven.
A pesar de su importancia, el Perú cuenta con menos internistas de los que realmente necesita. Por eso, esta fecha también invita a reflexionar sobre la urgencia de fortalecer la formación, la investigación y los equipos clínicos donde ellos son clave.
Pero hoy, sobre todo, es un homenaje a quienes no temen enfrentarse a la complejidad, a quienes ponen criterio donde otros ven confusión, a quienes sostienen a los pacientes cuando la ciencia y la humanidad deben unirse para salvar vidas.
Feliz Día del Médico Internista Peruano, gracias por ser el corazón analítico de nuestra salud.
