Dentro del demandante ritmo de trabajo, el Centro de Atención y Soluciones (CAS) de la Universidad Continental ha encontrado en la pausa una aliada para el bienestar del equipo. Esta oficina, responsable de gestionar y brindar atención por los diferentes canales, ha sido reconocida por promover un entorno de trabajo saludable gracias a la implementación de pausas activas.
Conversamos con Rocío Matos, líder del equipo CAS, quien compartió con nosotros la forma en la que su equipo ha logrado transformar unos minutos al día en una poderosa herramienta de bienestar.
Una pausa que nace del equipo
“La iniciativa nació del equipo”, nos cuenta Rocío. “Somos un equipo donde tenemos atenciones desde múltiples canales y a todo nivel de atención, por lo que la mayoría del tiempo estamos sentados. Y reconociendo que nuestro trabajo genera estrés y sedentarismo, se decidió en equipo asignar a una persona en organizar las pausas activas y así ayudarnos en reducir el estrés laboral, generar mayor concentración, optimizar nuestro rendimiento y proteger la salud física y mental de nuestro equipo”.
Así, designaron a una persona para organizar las pausas activas, con el objetivo de promover el bienestar del equipo.
Rutina que tiene sentido
Las pausas activas no son improvisadas. Están organizadas de tal forma que atiendan diferentes aspectos del bienestar. “Nos organizamos para realizarlas en dos turnos por semana, durante 10 minutos cada jornada”, explica Rocío. “Los lunes, miércoles y viernes lo hacemos a las 5 de la tarde; los martes y jueves, a las 11 de la mañana. Así nadie se queda sin participar”.
Esta iniciativa incluye actividades como:
- Ejercicios físicos
- Ejercicios de descanso para los ojos
- Ejercicios mentales como sudoku, pupiletras y otros
- Ejercicios de coordinación de ambos hemisferios cerebrales
Impacto que se nota
Desde la implementación de esta rutina, los resultados han sido evidentes. Rocío identificó que los beneficios se ven en dos niveles: individual y colectivo.
“A nivel personal, los miembros del equipo reportan sentirse bien después de las pausas activas. Se redujeron las quejas por dolores de espalda y fatiga visual. Además, muchos expresan sentir un «impulso”.
Pero el impacto no es solo físico. “A nivel de equipo, ha fortalecido los lazos, mejorado la comunicación y fomentado un ambiente de trabajo amigable y colaborativo, sin duda, también la productividad”.
Recomendaciones desde la experiencia
Rocío también tiene un mensaje claro para otras áreas que deseen replicar esta experiencia: “Lo primero es tener iniciativa y comprometerse”.
Ella recomienda:
- Planificar y ejecutar las pausas con regularidad
- Involucrar a todos los miembros del equipo
- Ser flexibles y mantener la motivación
- Comunicar claramente los beneficios para lograr mayor compromiso
Salud y seguridad: una cultura institucional
Para Rocío, “fomentar la salud y la seguridad en el entorno laboral universitario es esencial porque permite construir espacios de trabajo y aprendizaje donde las personas se sientan protegidas, valoradas y motivadas. Las universidades no solo forman profesionales, sino comunidades y es por lo que todas las personas –docentes, estudiantes, personal administrativo– merecen condiciones que les permitan dar lo mejor de sí”.
Al cerrar la entrevista, Rocío deja una reflexión poderosa: “Promover el bienestar no solo previene enfermedades o accidentes. También construye una cultura de humanidad y compromiso. Es ahí donde se marca la diferencia”.
El CAS de la UC nos recuerda que, a veces es importante detenerse para seguir avanzando con más fuerza.