Al respecto, Hernández, Santana y Sosa (2011) señalan que:
La evaluación formativa y la retroalimentación se relacionan con la mejora del aprendizaje y su autorregulación. Estos procesos deben entenderse desde la interacción entre características personales, comportamentales y contextuales. Para que la retroalimentación sea eficaz debe ser adecuadamente interpretada, reconstruida e internalizada.(p.1)
Los estudiantes esperan una retroalimentación de parte del docente, adecuada, oral o escrita, específica y centrada en la tarea o evaluación, clara y comprensible; de esta manera podrán comprender la información que les falta procesar para construir su propio conocimiento.
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