Por: Dr. Carlos Mezarina Aguirre –
Muchos hemos vivenciado momentos de silencio en nuestras clases virtuales, que unido al poco uso de las cámaras para poder ver a nuestro auditorio, nos ha llevado a realizar preguntas del tipo ¿están escuchando?, ¿se encuentran ahí?, ¿alguna pregunta?, entre otras, que suenan a broma, pero que sucede con una frecuencia mayor a la esperada.
A continuación, comparto siete tips para fomentar la participación de los estudiantes en clases virtuales, el cual he recreado a partir del artículo How to Encourage Students to Speak Up in Virtual Classes: Digital Learning de Joel Schwartzberg.
Comparta las preguntas de la clase virtual con anterioridad a los estudiantes
Los estudiantes preparados y que saben lo que sucederá son mucho más propensos a participar en la sesión de aprendizaje porque tienen las respuestas con anticipación o tienen dudas sobre lo indagado. De este modo, los estudiantes se involucran con el material de la asignatura previamente y están listos para compartir lo que aprendieron y preparados para las preguntas de la actividad. Este trabajo previo, según Dan Levy de la Universidad de Harvard, puede garantizar que las sesiones síncronas sean más animadas (Levy, 2020).
Establezca reglas que fomenten la participación
Al inicio de la sesión se debe precisar claramente el propósito de esta, donde se detalle las condiciones de la participación, por ejemplo: “esta sesión tiene como propósito recopilar ideas y construir sobre ellas, no las vamos a evaluar ni elegir los favoritos ahora, pero si en la próxima clase virtual” (Schwartzberg, 2022).
Estas reglas podrían ser las siguientes:
Comunique parámetros para la intervención
- Contribuciones breves y puntuales de 2 minutos como máximo.
- El tiempo total que se tiene para la participación, por ejemplo: 1 hora.
- Todos participarán, para ello es necesario un registro de intervenciones, de modo que identifique quienes faltan para convocarlos a participar.
Solicite que enciendan su cámara
Recordándoles que es una forma de interactuar y reconocernos visualmente, si es que se sienten cómodos, no es restrictivo para participar.
Anime a usar emoticones
Como el pulgar arriba, pulgar abajo, aplausos expresiones faciales y gestos para comunicarse, esto ayuda a brindar un feedback instantáneo a la participación de sus pares.
Realice preguntas sencillas en el chat de la videoconferencia
Muchas veces el estudiante encuentra en el chat el espacio para participar, ya que se sienten más cómodos escribiendo que hablando y esto permite la generación de ideas. De otro modo, muchos estudiantes pueden pasar desapercibidos.
Utilice alternativas e indicaciones sencillas para usar el chat:
Schwartzberg (2022), nos dice que la clave es simple: se debe pedir una contribución breve y específica, en lugar de una pregunta general como «¿Qué piensas?», «¿Qué preguntas tienes?» o «¿Cuéntanos sobre ti?», ya que estas implican una respuestas o participaciones amplias. Por ello, si el propósito es lograr la participación de la mayor cantidad posible entonces se requieren preguntas cortas y efectivas.
Israeli (2020), nos refiere que si bien el chat puede distraer, esta puede ofrecer oportunidades para mantener a los estudiantes interesados e identificar sus posiciones con respecto al material o pregunta. Para mantenerlo controlado, recomienda desactivar la función de chat hasta que se plantee una pregunta para una conversación abierta.
Haz seguimiento a las preguntas
Una vez roto el hielo, haciendo que los estudiantes se encuentren cómodos contribuyendo con ideas, es momento de ayudar a que todos participen y proporcionen su opinión ante las preguntas que se van lanzando, sea mediante micrófono o mediante el chat. Para esto, es importante llamarlos por su nombre y repetir la contribución que dio el estudiante, esto demuestra que los valora y escucha, aumentando así su posibilidad de participar.
Para incentivar la participación y hacer seguimiento a las preguntas, podemos utilizar los siguientes ejemplos:
Como el tiempo es corto en un sesión de enseñanza – aprendizaje, para invitar a una mayor discusión sobre un tema y llegar a un acuerdo, se puede pedir una intervención parametrada en el chat, por ejemplo «Escriba A en el chat si está de acuerdo con Sandra o si desea sugieran con otra palabra la descripción del producto». Para Israeli (2020), es mejor hacer una pregunta a los estudiantes durante la clase, y pedirles que reflexionen antes de responder, para luego llamarlos por nombre o usar las respuestas del chat para calificar la participación.
Se claro y preciso sobre lo que estás solicitando
A veces es necesario indicar que se requiere una cierta cantidad de ideas u opiniones ante la pregunta realizada, esto alivia un poco la ansiedad de los estudiante porque se ha dejado en claro que no se necesita que todos participen, pero también establece un requisito para continuar con la cantidad de ideas solicitadas. Esta participación puede ser mediante el micrófono o el chat, pero es necesario precisar cuál será el medio por el cual se recogerá la cantidad de ideas solicitadas y se debe asegurar que los estudiantes lo comprendan.
No avergüence a los participantes
Si en algún momento de la sesión, se encuentra ante una falta de respuestas, no utilice estas frases o algunas similares, “¿Nadie tiene preguntas? ¿De verdad, nadie? Vamos, esto es importante. No puedo creer que no haya preguntas” (Schwartzberg, 2022), que, como resultado directo, el equipo puede sentirse incómodo y culpable, así como también es probable que surjan contribuciones relativamente sin sentido que buscan terminar con la incomodidad originada ante esos comentarios.
También tengamos presente que a algunos estudiantes les resulta más fácil comunicarse en las clases en línea, pero a otros (por motivos tecnológicos, por ser introvertidos, etc.) les puede resultar difícil encontrar su voz, ante ello Schiano (2020) recomienda “ser honesto y hablar con los estudiantes sobre esta situación única, y recordarles que sentirse cómodos en un entorno en línea será relevante para sus carreras”.
Temporaliza el silencio
Schwartzberg (2022), propone que cuando nadie habla para responder una pregunta, es momento de pasar a otra o revisar la anterior para que la respuesta sea más fácil; sin embargo, ¿cuánto tiempo se debe esperar para una respuesta? ante ello Keith citada por Schwartzberg (2022), recomienda una regla de cinco segundos, que consiste en contar en silencio cinco segundos para obtener una respuesta antes de continuar. La idea es que en cuatro segundos probablemente interrumpirá alguien, y seis segundos nos dice que nos estamos sumergiendo en un territorio de silencio incómodo. Esta regla le proporciona al docente una herramienta para dinamizar la participación, evitar silencios o tiempos muertos.
Recuerde que las respuestas incorrectas son un buen motor para desarrollar aprendizajes, a la vez se puede indicar a los estudiantes que las respuestas incorrectas no generan ningún inconveniente, y si alguno se atasca en la intervención, entonces se solicita a sus pares que lo ayuden, generando con ello un círculo virtuoso de participación, sin penalizar el error.