La vocación como punto de partida para encontrar el lugar que ocuparemos en el mundo, debe ser cuidadosamente identificada. Frecuentemente solemos identificar la vocación en función al dinero o las expectativas ajenas, señala Javier Echevarría.

Sin embargo, si preguntaríamos a muchos empleados cuán satisfechos se sienten haciendo lo que hacen, las respuestas no serían tan felices y se verían reflejadas en los niveles de productividad. Del mismo modo en las familias nos encontramos con muchos “padres pincha globos” que desaniman las intenciones de sus hijos porque se busca cumplir el sueño frustrado, entonces encontramos jóvenes actuando por obligación, mas no por automotivación. Posteriormente profesionales insatisfechos,  afirma Echevarría.

¿Cómo identificamos las vocaciones?, es una tarea clave ahora que vivimos en una sociedad angustiada y obsesionada por el tiempo, donde probablemente estemos más conectados con los smartphones  que con nosotros mismos. Ante esta pregunta, la respuesta del especialista es la identificación de los sustantivos y verbos.

La conexión adecuada entre los sustantivos y verbos, representan las motivaciones más profundas y están relacionadas con nuestras vocaciones. Así podemos distinguir cuatro tipos de vocaciones como:

• La vocación de los Conquistadores que están motivados por el verbo hacer.
• La vocación de los Buceadores que están motivados por el verbo investigar.
• La vocación de los Creadores que están motivados por el verbo imaginar.
• La vocación de los Tejedores que están motivados por el verbo vincular.

Estas cuatro vocaciones no son puras, pueden combinarse entre sí y es muy probable que de entre la buena combinación de estas podamos ubicar nuestra profesión y el lugar que deseemos ocupar en el mundo.

Lo importante aquí es ser muy específicos al momento de identificar nuestras motivaciones, señala el psicólogo y actor Javier Echevarría.

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