Por: Mg. Paola Espinoza Gutiérrez
Este 2025, en las aulas universitarias, cada vez más docentes comparten una preocupación silenciosa: “Tengo estudiantes con autismo y no sé si estoy logrando que aprendan de verdad”. Este artículo no solo reconoce esa percepción, sino que la transforma en una oportunidad para repensar la práctica docente, plantea rutas pedagógicas viables que invitan al profesorado universitario a ejercer un rol más consciente, proactivo e inclusivo en el rediseño de sus experiencias de aprendizaje.
¿Por qué importa innovar ahora?
Después de la pandemia, se ha reportado un crecimiento sostenido en el diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista (TEA), particularmente en adultos jóvenes con características de alto funcionamiento (Karimi et al., 2024). Estos estudiantes no forman parte de programas especiales, están en aulas regulares, cursando Derecho, Ingeniería, Psicología o Marketing. Sin embargo, muchos se enfrentan a entornos sensoriales y sociales que no están diseñados para sus características cognitivas (Beaux et al., 2024).
Innovaciones pedagógicas con evidencia reciente
- Desarrollado por Western Governors University, este modelo propone rediseñar cursos considerando fluctuaciones cognitivas, diferencias sensoriales y situaciones contextuales. El GEM incorpora estrategias como:
- Gestión personalizable de tareas.
- Acceso guiado a contenidos diversos (video, texto, esquemas).
- Colaboración multimodal.
El modelo ha sido presentado en Frontiers in Education 2024 y se valida en cursos STEM en línea (Beaux et al., 2024).
Mercyhurst University implementó mentorías entre pares y evaluaciones semanales estructuradas. Como resultado, sus estudiantes con TEA triplicaron su tasa de retención y alcanzaron niveles de rendimiento similares al promedio universitario (Mercyhurst University, 2023).
Investigadores de la Universidad de Utah desarrollaron un marco que plantea cómo rediseñar cursos virtuales para estudiantes neurodivergentes, integrando feedback asincrónico frecuente, guías visuales de navegación y enseñanza explícita de habilidades sociales para la colaboración (Karimi et al., 2024).
¿Qué puedes hacer tú como docente?
- Diseña tus clases bajo el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA): Presenta contenidos en múltiples formatos, permite respuestas diversas y promueve la motivación.
- Estructura con claridad: Comienza cada clase mostrando una hoja de ruta visual y los tiempos estimados de cada parte.
- Implementa retroalimentación frecuente: Usa autoevaluaciones breves semanales con espacio para comentarios.
- Crea entornos seguros de participación: No asumas que si un estudiante no pregunta, está bien. Muchos estudiantes TEA prefieren comunicarse por escrito o con formularios anónimos.
Innovar para incluir a estudiantes con autismo de alto funcionamiento no es un esfuerzo paralelo, es parte central de un modelo educativo centrado en el estudiante. Cuando clarificamos, anticipamos y diversificamos nuestras prácticas, transformamos el aula en un espacio donde todos aprenden mejor. La verdadera inclusión ocurre por decisiones pedagógicas cotidianas como: Adaptar una rúbrica con lenguaje claro, convertir instrucciones en un video o crear un momento de mentoría puede marcar la diferencia. La innovación empieza con la convicción del docente de que nadie debe quedar fuera por cómo aprende.