El artículo “La paradoja universitaria: enseñar sin haber aprendido a enseñar”, escrito por Raúl Quintana Alonso y publicado en The Conversation, expone una problemática fundamental del sistema universitario: muchos docentes imparten clases sin contar con formación pedagógica formal. Se cuestiona la suposición dominante de que ser experto en una disciplina es suficiente para enseñar eficazmente en el nivel superior (Quintana Alonso, 2024).
Objetivo:
El objetivo principal del texto es evidenciar la falta de formación docente entre el profesorado universitario y la necesidad urgente de integrar la pedagogía en la carrera académica. Se busca abrir el debate sobre el equilibrio entre investigación y docencia, y plantear propuestas para profesionalizar la enseñanza en la universidad.
Quintana Alonso (2024) explica que, a diferencia de otros niveles educativos donde los docentes requieren formación didáctica, en el ámbito universitario se da por sentado que el conocimiento disciplinar basta para enseñar. Esto ha generado una paradoja: se exige excelencia educativa sin preparar a los profesores para alcanzarla.
El autor destaca que muchos docentes enseñan basándose en su intuición, la imitación de antiguos maestros o el autoaprendizaje. En una universidad donde se valora más la publicación científica que la calidad pedagógica, la enseñanza queda relegada a un segundo plano (Quintana Alonso, 2024).
Además, señala que no existe una regulación homogénea en Europa ni en otros países sobre la formación docente del profesorado universitario. Aunque la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) en España menciona la formación pedagógica, no establece criterios claros ni mecanismos de evaluación (Quintana Alonso, 2024).
El autor concluye que es indispensable que la docencia universitaria sea reconocida como una labor que requiere formación específica. Propone que la formación pedagógica se incorpore de forma obligatoria en la carrera académica y que se definan criterios objetivos para su evaluación. También subraya la importancia de valorar la excelencia docente al mismo nivel que la investigadora (Quintana Alonso, 2024).
Lee la publicación original haciendo clic en el siguiente botón: