Por: Miguel Cárdenas Agreda~
La enseñanza basada en metodologías activas es una enseñanza centrada en el estudiante quien no solo «construye conocimientos» de manera autónoma, sino que también desarrolla competencias blandas.
La construcción del conocimiento está estructurada en redes de conceptos relacionados que se denominan redes semánticas. La nueva información se acopla a la red ya existente. Dependiendo de cómo se realice esta conexión la nueva información puede ser utilizada o no, para resolver problemas o reconocer situaciones. (Glaser, 1991, p 129).
Cárdenas (2019) sostiene que:
Como las metodologías activas promueven el aprendizaje autónomo entonces desarrollan habilidades metacognitivas, las cuales promueven un mejor y mayor aprendizaje. Durante el desarrollo del aprendizaje autónomo, los estudiantes trabajan en equipo, discuten, argumentan y evalúan constantemente lo que aprenden. Por ello, las metodologías activas utilizan estrategias para apoyar este proceso.
Cárdenas (2019) sostiene que:
Finalmente, estas metodologías enfatizan que la enseñanza debe tener lugar en el contexto de problemas del mundo real o de la práctica profesional. Se deben presentar situaciones lo más cercanas posibles al contexto profesional en que el estudiante se desarrollará en el futuro (situaciones experienciales).
Por lo tanto, personalmente creo y promuevo el desarrollo del aprendizaje basado en metodologías activas como Aprendizaje Basado en Retos (ABR), Flipped Classroom, Aprendizaje Orientado a Proyectos (AOP), Aprendizaje Basado en Problemas (ABP), entre otras. Quién debe diseñar e implementar estas metodologías es el docente, pieza clave en el proceso de enseñanza-aprendizaje, por eso es importante el entrenamiento, exploración, incorporación de estrategias de innovación y el uso de recursos que ayuden a diseñar experiencias de aprendizaje significativo.