En el siguiente documento titulado: Inteligencia Artificial en Educación Superior: Oportunidades y Riesgos, el autor, Oscar Cordón García, escribe lo siguiente:
En el momento actual, la Inteligencia Artificial (IA) está completamente integrada en nuestra sociedad y, gracias a los recientes desarrollos de la IA generativa, ha irrumpido en la Educación a un ritmo vertiginoso. El objetivo de este trabajo es reflexionar acerca de los beneficios que la IA puede aportar en esta área dentro de las Universidades Españolas, así como sobre los riesgos que puede conllevar (Cordón, 2023,p.1).
En el panorama actual de la educación superior, la Inteligencia Artificial se está convirtiendo en una herramienta transformadora con un enorme potencial para revolucionar la forma en que enseñamos y aprendemos. Su implementación abre un abanico de posibilidades que prometen optimizar procesos, personalizar experiencias y potenciar el aprendizaje de los estudiantes, pero también hay que fomentar el uso ético de la IA.
Oportunidades:
Personalización del aprendizaje: La IA permite adaptar los contenidos, la evaluación y el ritmo del proceso de aprendizaje a las necesidades y problemática de cada estudiante, creando experiencias educativas más enriquecedoras, vivenciales, efectivas y motivadoras.
Tutoría adaptativa: Las plataformas tecnológicas basadas en IA pueden actuar como tutores virtuales, ofreciendo apoyo y retroalimentación inmediata a los estudiantes, incluso fuera del horario de clases.
Automatización de tareas: Es posible que las tareas repetitivas se automaticen, como la calificación y retroalimentación de exámenes o la elaboración de informes, dejando tiempo libre para que los docentes se enfoquen en actividades más creativas e interactivas.
Automatización de tareas: Es posible que las tareas repetitivas se automaticen, como la calificación y retroalimentación de exámenes o la elaboración de informes, dejando tiempo libre para que los docentes se enfoquen en actividades más creativas e interactivas.
Riesgos:
Brecha digital: La IA en la educación superior podría incrementar la brecha digital existente, si no se garantiza el acceso equitativo a la tecnología y la conectividad para todos los estudiantes.
Dependencia de la tecnología: Un uso excesivo de la IA podría generar dependencia en los estudiantes, limitando su capacidad de pensamiento crítico y resolución de problemas.
Sesgos algorítmicos: Los sistemas de IA pueden perpetuar sesgos existentes en la sociedad, si no se diseñan y utilizan de manera responsable y ética.
Cuestiones éticas: La recopilación y el uso de datos personales privados de los estudiantes plantea interrogantes éticos en torno a la privacidad y el consentimiento informado.
Conclusiones:
El autor concluye que la:
IA ha madurado como tecnología, lo que plantea la necesidad de establecer marcos de trabajo para una IA responsable, justa, inclusiva, confiable, segura y transparente. Esta IA debe estar al servicio de las personas para el bien social y la sostenibilidad.(Cordón, 2023,p.1).
Finalmente, Cordón (2023) señala que:
En el campo de la Educación, podríamos incluso evolucionar hacia un nuevo híbrido: “humano + ordenador (IA)”, el que el ser humano ejerza el pensamiento crítico, la creatividad, la colaboración, el liderazgo, etc.; mientras que la IA, aun requiriendo una alfabetización y conllevando una serie de riesgos, pueda proporcionar un apoyo fundamental en un entorno de Enseñanza (diseño del aprendizaje con herramientas de IA) y Evaluación (basada en las mismas actividades del aprendizaje) con IA. Los enfoques actuales de copilot en programación de ordenadores y de co-creación de contenidos docentes parecen dirigirnos de forma adecuada hacia ese camino (p.25).
La incorporación de la inteligencia artificial en los ámbitos académicos no debe verse como una sustitución del rol docente, sino como una herramienta complementaria para potenciar su labor. Es relevante que los docentes reciban la inducción adecuada para aprovechar de manera adecuada las posibilidades de la IA y garantizar que su uso se integre de manera coherente con los objetivos pedagógicos.
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