Por: Daniela Parodi Chocano ~
Imaginemos este escenario: estás ocupado(a) corrigiendo trabajos de tus estudiantes, tal vez con muy poco tiempo antes de que tengas que entregar notas y recibes un mensaje de uno(a) de tus estudiantes pidiendo más tiempo para entregar el trabajo porque no ha podido comunicarse con los integrantes de su equipo ya que no los conocía y decidió hacer el trabajo solo(a), pero no ha tenido tiempo de terminarlo.
Frustrado(a) respondes el correo y le dices a tu estudiante que las condiciones del trabajo habían quedado establecidas muy claramente, y que no va a ser posible darle más tiempo y que al ser un trabajo grupal, no puede ser entregado de manera individual.
Esta respuesta es comprensible: crees que fuiste muy claro(a) con las condiciones del trabajo y no le puedes dar privilegios solo a ese(a) estudiante, incluyendo que no tienes tiempo para corregir mas trabajos.
¿Qué sucede debajo de la superficie?
Lo que uno ve y escucha de sus estudiantes influye en nuestra percepción de ellos(as). Es natural reaccionar en función de esos comportamientos externos, pero qué sucede debajo de la superficie?
Es parte de la naturaleza humana enfocarse en cómo el comportamiento negativo de un(a) estudiante le quita tiempo a la enseñanza y afecta su salón de clases. Mostrar empatía puede ayudarte a cambiar esa dinámica, para que no solo reconozcas y consideres lo que ves y sientes, sino también lo que no ves. Esos desafíos invisibles podrían incluir dificultades de aprendizaje y la personalidad del o la estudiante. Pero también pueden estar involucradas otras problemáticas, como el aspecto económico o la situación familiar del estudiante.
¿Qué es la empatía?
La empatía es:
Una forma de conexión que te permite ponerte en el lugar de otra persona y comprender lo que está experimentando, cómo se siente en una situación determinada en lugar de simpatizar con los sentimientos de la persona. Es la voz consoladora que nos decimos unos a otros cuando nos dicen: «No estás solo».
La empatía no se trata de sentir lástima por alguien, sino más bien de ver a una persona como igual o al mismo nivel que uno mismo y tratar de comprenderla o conectar con ella.
La empatía no es:
No es lo mismo que la simpatía. Ser empático no significa bajar tus expectativas. En los momentos en que se conecta con los estudiantes de manera empática, puede reforzar su creencia en su capacidad para tener éxito.
La empatía no se trata de sentir pena, sino que se trata de sentimientos. Date permiso para reconocer tus propias emociones. Es natural estar frustrado(a) o molesto(a). Lo que sucede con lo(a)s estudiantes(a)s también tiene un impacto emocional en cada uno de nosotros. Tomate un minuto para respirar antes de comunicarte con ellos(as).
Componentes de la empatía
Se han identificado cuatro componentes importantes de lo que significa ser empático.
La integración de estas prácticas en tu enseñanza puede mostrarles a los estudiantes que ves por lo que están pasando como algo más que un problema que solucionar.
Cuando uno adopta una perspectiva diferente, deja de lado sus propios sentimientos y reacciones para ver la situación a través de los ojos de sus estudiantes. Puede comenzar preguntándose: ¿Creo que los están haciendo lo mejor que pueden?
Por ejemplo: si un estudiante entrega una tarea tarde porque tenía que trabajar y no tuvo tiempo para completarla, puede decirle que necesita comprender mejor sus prioridades o que no puede recibir una extensión. ¿Qué pasa si la historia detrás de esa tarea tardía es que el estudiante vive en un hogar monoparental, su madre no puede trabajar porque está enferma y el trabajo secundario del estudiante es el único ingreso disponible para pagar la escuela y los costos de vida? ¿Esa historia cambia su perspectiva sobre la tarea tardía del estudiante?
Ser capaz de ver eventos y sucesos desde otros puntos de vista es el primer paso para desarrollar la empatía.
Cuando nos enfrentamos a una situación, es fácil reaccionar en función de nuestros juicios u opiniones sobre las circunstancias. Pero es importante dar un paso atrás y considerar: ¿Qué más necesito aprender y comprender sobre la situación?
Es útil reflexionar sobre nuestras propias experiencias y cómo nos pudimos haber sentido en un momento particular cuando nos encontramos con una situación similar. Sin embargo, tenga cuidado de no exagerar. Las experiencias de cada persona son propias, por lo que decir «Sé cómo te sientes» puede parecer falso. Si tiene dificultades, pregúntese: ¿Qué más necesito aprender y comprender acerca de cómo otras personas reaccionan o perciben la situación?
Cuando discutas situaciones con tus estudiantes, intenta usar un lenguaje reflexivo como «Escucho y entiendo tus preocupaciones…» para mostrar empatía. Ser capaz de crear un espacio donde los estudiantes no se sientan juzgados.
Como docentes, nuestro instinto es contener la situación y encontrar una solución rápida. Eso puede ayudar a corto plazo. Pero no generará confianza a largo plazo con los estudiantes. Y no ayudará a los estudiantes a aprender a resolver problemas contigo y, finalmente, tratar de resolverlos por su cuenta. Este paso requiere que hagas algo de autorreflexión: ¿Qué más necesito aprender y comprender sobre cómo reacciono en el momento? ¿Qué más necesito aprender acerca de cómo comunico a los demás que los escucho, aunque estoy experimentando mis propias emociones?
Aprendamos a practicar la empatía con nuestros(as) estudiantes, ya que es una habilidad importante y una herramienta que debe aprenderse y practicarse. La empatía de un profesor ayuda a desarrollar conexiones significativas.
La empatía impulsa a un estudiante a aprender y los educadores que practican la empatía mientras enseñan, indirectamente enseñan empatía a sus estudiantes. Esto los ayuda a sentirse seguros y bienvenidos, lo que a su vez contribuye a construir una comunidad sólida en el aula. La empatía también tiene una influencia directa en el rendimiento académico y ayuda a los(as) estudiantes a ser mejores oyentes, colegas y desarrolla en ellos habilidades de autorregulación a largo plazo.