Este artículo ha sido generado a partir de la investigación realizada por Delgado (2019) y que está plasmada en su publicación denominada: “El M-Learning, las ventajas de la utilización de dispositivos móviles en el proceso autónomo de aprendizaje” (p.1)
El autor en su publicación menciona lo siguiente:
El avance de la tecnología móvil ha generado una mejora en la educación, permitiendo reforzar el proceso de enseñanza y aprendizaje sin importar las limitaciones de tiempo y espacio. Este trabajo enfatiza en las concepciones y estrategias metodológicas que pueden aplicarse a partir del aprendizaje móvil (M-Learning) para fortalecer el aprendizaje habitual y mejorar el trabajo educativo del profesor, promoviendo un aprendizaje autónomo en relación con las nuevas tecnologías de la información y comunicación (Delgado, 2019, p.1).
La investigación realizada en la unidad educativa Ángel Arteaga Cañarte evidenció que la mayoría de estudiantes (72%) utilizan dispositivos móviles con fines educativos, principalmente para realizar tareas (62%) y buscar información complementaria (30%). Sin embargo, solo el 13% de docentes incentiva siempre el uso de estos dispositivos en el aula. Los estudiantes consideran que emplearían los dispositivos móviles para mejorar su aprendizaje (46%), establecer mejor comunicación (25%) y aprender aspectos que el docente no enseña (18%).
Las prácticas del M-Learning requieren que el docente diseñe estrategias metodológicas adecuadas que aprovechen el potencial de los dispositivos móviles, fomentando un aprendizaje autónomo, flexible y personalizado. Esto representa un desafío para el sistema educativo, que debe acompañarse de cambios pedagógicos, formación docente y una cultura institucional que integre estas tecnologías. El M-Learning ofrece ventajas como mejorar habilidades, estimular aprendizajes individuales y grupales, incentivar el uso de TIC, fortalecer la concentración y ofrecer mayor interacción y portabilidad. Sin embargo, también presenta desventajas como la pantalla reducida y la imposibilidad de usar ciertos programas.
En conclusión, el M-Learning constituye un importante recurso tecnológico que requiere la motivación y planificación del docente para generar un aprendizaje significativo, autónomo y dinámico en los estudiantes. Es necesario que las instituciones educativas y las autoridades apoyen su implementación de manera integral.
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