La irrupción de la inteligencia artificial generativa (IAG) en nuestras vidas ha transformado radicalmente la forma en que desarrollamos nuestras actividades, nos comunicamos y aprendemos. En el ámbito educativo, esta tecnología ofrece un potencial inmenso para personalizar la enseñanza, automatizar tareas y facilitar la investigación. Sin embargo, como toda herramienta poderosa, también presenta desafíos y riesgos que debemos abordar con cautela, tal como señala Cooner (2024) “Lamentablemente, más de 40 años de investigación académica que explora la cognición humana sugieren que la IA generativa también podría dañar el aprendizaje en todos los niveles”, y alguna de las razones que podemos poner en la discusión son:
Desafíos éticos y de integridad académica
- La facilidad con que la IAG puede generar textos originales plantea serios problemas de plagio. Los estudiantes podrían utilizar estas herramientas para generar ensayos, trabajos de investigación o incluso códigos de programación sin realizar un esfuerzo intelectual genuino.
- ¿Quién es el autor de un texto generado por una IA? ¿Cómo proteger los derechos de autor en este nuevo contexto?
- Los modelos de lenguaje pueden perpetuar y amplificar los sesgos presentes en los datos con los que son entrenados, lo que puede llevar a la difusión de información errónea o discriminatoria.
Impacto en el Desarrollo de Habilidades:
- La dependencia excesiva de la IAG puede atrofiar el desarrollo de las habilidades de los estudiantes para evaluar la información de manera crítica, analizar argumentos y resolver problemas de forma independiente.
- Si los estudiantes se limitan a consumir contenido generado por IA, podrían perder la oportunidad de desarrollar su propia voz y creatividad.
- Los estudiantes pueden depender excesivamente de las IA para generar ideas y contenidos, lo que limita su capacidad creativa y de pensamiento crítico.
- La IAG puede facilitar la realización de tareas individuales, pero podría dificultar el desarrollo de habilidades sociales y de colaboración para el trabajo en equipo.
Desafíos Pedagógicos:
- ¿Cómo evaluar el aprendizaje de los estudiantes cuando una parte significativa de su trabajo puede ser generado por una IA?
- La evaluación de trabajos generados por IA requiere nuevas estrategias y herramientas.
- La IA puede dificultar la identificación de las áreas específicas en las que los estudiantes necesitan mejorar.
- Los planes de estudio deben adaptarse para incorporar la IAG de manera efectiva y fomentar el desarrollo de habilidades que complementen esta tecnología.
- No todos los estudiantes tienen acceso equitativo a herramientas de IA y a la formación necesaria para utilizarlas de manera efectiva.
- La IA puede exacerbar las desigualdades existentes en el sistema educativo.
Adicional a esto, Cooney (2024) refiere que hay 3 problemas críticos a los cuáles se debe prestar atención.
- Falta de empatía: La relación empática entre el estudiante y el profesor es fundamental para el aprendizaje efectivo. “La IA, al carecer de cerebro y oxitocina, no puede desarrollar esta empatía, lo que puede llevar a una menor motivación y rendimiento académico en los estudiantes” (Cooney, 2024).
- Conocimiento: Aunque la IA puede acceder y organizar vastas cantidades de información, esto no reemplaza la importancia de que los estudiantes obtengan conocimientos básicos. “La acumulación de conocimientos es esencial para el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico y creativo” (Cooney, 2024).
- Distracciones digitales: “El uso de herramientas digitales puede aumentar las distracciones, afectando negativamente la concentración y el aprendizaje profundo de los estudiantes” (Cooney, 2024).
Para maximizar los beneficios de la IAG y reducir sus riesgos, es crucial que las instituciones educativas y los docentes implementen las siguientes:
- Transparencia y comunicación: Es necesario definir políticas sobre el uso de la IAG y fomentar un diálogo abierto con los estudiantes sobre sus beneficios y limitaciones.
- Desarrollo de competencias digitales: Tanto los estudiantes como los docentes necesitan formación para analizar la calidad de la información generada por la IAG y emplearla de forma ética y responsable.
- Rediseño de las evaluaciones: Las evaluaciones deben adaptarse para valorar las habilidades de pensamiento crítico, análisis y síntesis, más allá de la capacidad de reproducir información.
- Fomento de la colaboración: Es importante promover la colaboración entre estudiantes y docentes para desarrollar proyectos auténticos que requieran un pensamiento crítico y creativo.
La inteligencia artificial tiene el poder de convertirse en una herramienta revolucionaria en el ámbito educativo. Puede adaptar el aprendizaje a las necesidades individuales, mejorar el acceso y automatizar tareas repetitivas, permitiendo un mayor enfoque en actividades creativas e interactivas. No obstante, también trae consigo retos que no debemos pasar por alto. En última instancia, si la IA se convierte en un apoyo o en un obstáculo para el aprendizaje, dependerá de cómo la integremos en el desarrollo de las experiencias educativas de los estudiantes y del equilibrio que logremos entre la tecnología y el factor humano en la enseñanza. Es esencial recordar que la verdadera innovación no solo radica en la tecnología, sino también en la pedagogía. El desafío es encontrar un punto de convergencia equilibrado.