En un mundo donde las calificaciones son vistas como el principal indicador del éxito académico, es posible perder de vista la verdadera intención de la educación: el aprendizaje. La obsesión por obtener buenas notas puede convertirse en una barrera significativa para la adquisición de conocimientos profundos y duraderos. Al centrarnos exclusivamente en las calificaciones, corremos el riesgo de sacrificar la comprensión y el pensamiento crítico en favor de la memorización y el conformismo.
En el artículo “Why Focusing on Grades Is a Barrier to Learning”, publicado por Harvard Business Publishing. Knesek (2022), haciendo referencia a Pink(s.f.), señala que:
(…) Los estudiantes se han centrado más en las recompensas y los castigos, es decir, en las calificaciones (un motivador extrínseco), y menos en el comportamiento deseado, el aprendizaje (un motivador intrínseco). Los estudiantes a menudo se refieren a sí mismos como estudiantes “A”, estudiantes “B” o estudiantes “C” en conversaciones entre ellos y sienten vergüenza cuando obtienen calificaciones reprobatorias. Cuando se refieren a sus clases, dicen cosas como: «Esa clase es una A fácil», o «Es difícil obtener una buena calificación en esa clase», o «No tomes esa clase porque arruinará tu carrera». “Promedio de calificaciones”.
Estudios diversos han demostrado que el uso excesivo de las calificaciones como único método de evaluación puede tener efectos negativos en el nivel de logro de aprendizaje de los estudiantes, como los siguientes:
Aunque las calificaciones pueden tener efectos negativos en el aprendizaje, existen formas de mitigar estos impactos y promover un aprendizaje más significativo.