Al iniciar el conversatorio la señora Edith Vargas, reconocida floklorista y especialista en coreografía y expresión corporal, definió a las danzas como la mayor expresión y representación del folklor de un pueblo, por ello los profesores de danzas deben conservar la esencia y hacer investigación acerca de las danzas que enseñan. Asimismo considera que la puesta en escena de una danza, los pasos, la coreografía son los elementos esenciales de una danza, pues allí se ve el sentimiento y la identidad de los danzantes.

Por su parte el señor Luis Cárdenas Raschio, uno de los más veteranos investigadores del folklor del Valle y coleccionista, especialista en vestuarios explicó el cambio en el vestuario de los wankas a partir de la llegada de los españoles, además resaltó que los vestuarios de hoy tienen variaciones que no corresponden a las danzas en sí y tergiversan toda la tradición y la historia de una danza y por ende no se valora como patrimonio inmaterial de la región, pues no se puede cambiar una prenda, los colores, los bordados y las dimensiones porque está de moda o porque se ve mejor.

Así también Javier Rojas, representante del ministerio de Cultura manifestó que en los concursos de danzas se distorsiona mucho el verdadero significado de las danzas y de acuerdo a la normatividad se debe calificar la vestimenta, la coreografía, el mensaje, de una danza asimismo hay que distinguir danzas, estampas, carnavales, para lo que ahora gestiona un concurso de investigación de danzas, y rescató hacer los concursos de danzas porque acercan a los jóvenes a rescatar sus tradiciones y su cultura.

Por su parte el señor Oscar Rojas, investigador y jurado oficial de los concursos de danzas señaló la importancia de revalorar el patrimonio inmaterial y construir identidad a partir de los concursos de danzas, siempre y cuando la comisión organizadora asuma la responsabilidad y el compromiso de cumplir estos objetivos y que los participantes conozcan el sentido y significado de lo que están representando., también manifestó que el Valle del Mantaro tiene 120 danzas que deberían ser puestas en valor como prioridad en concursos regionales pues la mayor debilidad es que los profesores de danzas, en su mayoría, son empíricos y enseñan de acuerdo a videos.

Finalmente se concluyó que una danza es una tradición, una costumbre y expresión de las prácticas de los pueblos, por ello asumir el compromiso y el sentimiento de la interpretación de una danza requiere un trabajo de investigación sobre el folklor para los danzantes. De la misma manera los organizadores de los concursos deben convocar a los jurados y delimitar los objetivos y ser rigurosos en la calificación. A partir de este conversatorio quedó el compromiso de trabajar más a partir de este tema tan importante para el desarrollo cultural de la región.