La Universidad Continental celebra su 24 aniversario y tanto sus estudiantes como docentes y colaboradores registran el inicio de nuestra historia en el legendario Centro de Cómputo Continental. Sí, así es, pero hay un cuadriculado detalle que no sabías: que todo realmente empezó jugando con el cubo mágico.
Sherlock Holmes diría “en esta historia todo encaja”. Y es cierto. Curiosamente, esta historia se inicia con jóvenes, con estudiantes, entre aulas y pasillos universitarios, y con todas las ganas de enseñar, aprender e impactar. ¿Se parece a lo que es hoy la Conti?
Los colorines cubos
Tenía 22 años cuando a Fernando Barrios le jaló el ojo la magia del cubo mágico. El juego empezaba a ser un boom en Lima y, como en esos años las novedades tardaban en llegar a las regiones, vio en ese rompecabezas tridimensional de 5 x 5 centímetros una buena oportunidad para emprender en Huancayo.
Unos cuantos billetes fueron su primera inversión. Llegó a la Incontrastable con docenas de cubos en su maleta y ahora el desafío era comercializarlos. ¿Cómo hacerlo?, ¿dónde?, ¿cómo atraer la atención de sus potenciales compradores? Mientras miraba y le daba vuelta a los cubos, recordó que la velocidad en armarlos era uno de sus principales atractivos.
Al toque preparó todo, pasó la voz a sus amigos de la universidad en la que estudiaba y fue así como puso en marcha su primera estrategia de comercialización: el concurso de cubo mágico entre aquellas aulas ubicadas en la cuadra 39 de la avenida Mariscal Castilla en Huancayo. La cosa funcionó tan bien que no solo los concursos de cubo mágico eran esperados, sino también la compra de estos curiosos rompecabezas.
Historia no tan conocida
Ganada esa experiencia y con la mirada siempre en la innovación y el impacto, poco tiempo después, Fernando Barrios se dio una vuelta por la Feria del Hogar. Era la feria más importante del calendario de la Lima de los ochenta y concentraba un centro de exposiciones de lo más novedoso en tecnología. Fue allí donde conoció a Sinclair, a la que se propuso tener en Huancayo para iniciar nuevos proyectos.
Sinclair era la marca de una de las primeras microcomputadoras que empezaron a comercializarse en el Perú. Después de algunas gestiones, nada sencillas, con los empresarios que vendían estas máquinas en el recinto ferial, llegó a Huancayo con una de las primeras Sinclair ZX Spectrum del centro del Perú. Sin saberlo, junto a ella empezaría a escribir una de las páginas más importantes de la educación superior en el Perú.
La Sinclair y todas las que después vinieron formaron parte del Centro de Cómputo Continental que, como ya sabemos, abrió sus puertas en 1983. Y así siguió la historia, sumando el emprendimiento del cubo mágico y la búsqueda permanente de la innovación expresada en la Sinclair: todo al servicio de la educación.
Esa ha sido la chispa de siempre, el clic que ha motivado que nuestra historia sea dinámica y no se detenga. A los cien alumnos con los que empezó la historia el Instituto Continental en 1987, se sumaron los cien metros cuadrados en los que empezó la Conti en 1988 y los quince trabajadores con los que inició sus operaciones nuestra Escuela de Posgrado en 2009.
La historia que siguió ya la conocemos: desde Huancayo [donde comenzó esta página en la revolución de la educación peruana] hasta Arequipa, Cusco y Lima. Formamos parte del ADN de la única universidad nacida en el centro del país que se extendió a la capital y a otras cuatro ciudades con el encargo de crear impacto positivo no solo en el Perú, sino también en el mundo.
Impacto traducido en logros
Impacto como el que generamos desde hace 24 años, con más de 53 mil estudiantes a lo largo del país, impulsando una propuesta académica innovadora que alienta a tomar fuerza para transformar vidas; impacto como el que alcanzamos con nuestro ecosistema de aprendizaje virtual, pionero en el país, que nos ha permitido durante los últimos 9 años ofrecer las más avanzadas herramientas de e-learning para expandir la fuerza interior que llevamos los peruanos.
Logros como nuestro licenciamiento institucional (2018) y el licenciamiento del Programa de Medicina (2022) por parte de la SUNEDU; este último nos ha convertido en la primera universidad en recibir el licenciamiento en dos programas: la sede Huancayo y la filial Lima.
Logros, también, como la obtención de certificaciones de estándar mundial que garantizan el alto nivel académico de la Universidad Continental, como el ser la primera universidad en Latinoamérica en certificar su diseño e implantación del Sistema de Garantía Interna de Calidad ante la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) de España, recertificado en febrero de 2022.
Más reconocimientos como el haber accedido a la categoría “Full Accredited” de la prestigiosa agencia norteamericana Accreditation Council for Business Schools and Programs (ACBSP) para las seis carreras de la Facultad de Ciencias de la Empresa del campus Huancayo, logrando la ampliación de la acreditación hasta el 2028.
Y otros logros, como el haber obtenido la máxima calificación de cinco estrellas en las categorías de “Aprendizaje en línea”, “Empleabilidad” e “Inclusión”; y de cuatro estrellas en el nivel institucional por parte de QS-Quacquarelli Symonds (organización encargada de calificar la calidad educativa, buenas prácticas y competencias de más de 5 mil universidades de 45 países).
Todo esto ha sumado para ubicarnos en el top 3 de universidades privadas del país que destacan en el indicador de Investigación, de acuerdo con el Scimago Institutions Rankings 2022.
Y así cumplimos 24
Con el mismo entusiasmo de los concursos de cubo mágico y la novedad de la Sinclair ZX Spectrum de inicios de los 80, en la Universidad Continental nos impulsa el propósito de convertir las utopías en realidad a través de la educación; pero no una educación tradicional basada solo en el conocimiento, sino una educación sin límites, que promueve la innovación, la autoconfianza, el autoaprendizaje y el autoconocimiento.
Eso es hoy la Universidad Continental, más que una gran casa, una experiencia que nos permite conectar y tomar acción, generando impacto positivo y trascendental en la vida de las personas.
