Es cierto que Ingeniería Civil es una de las carreras con mayor cantidad de alumnos; sin embargo, sus excelentes resultados en las Olimpiadas Deportivas no son cuestión de número, sino de sacrificio, entrega y unión. Así lo demuestran sus estudiantes quienes se preparan intensamente desde el mes de mayo para alcanzar su objetivo: ganar el mayor número de disciplinas para repetir el éxito de años anteriores. ¿Cuál es su secreto para lograrlo? Sus representantes nos dan la respuesta.

Keith Escobar, delegada general de Ingeniería Civil nos cuenta que, como cada año, la carrera empezó sus convocatorias y entrenamientos con varias semanas de anticipación. Para ello, designaron un subdelegado, delegado por cada disciplina y delegados para la barra. “Para reunir a los participantes, no solo utilizamos nuestro Facebook interno, los delegados se dan el tiempo de visitar personalmente a la mayor cantidad de salones para informar sobre las convocatorias y acuerdos”, explica.

La estudiante añade que este año también empezaron a comunicarse por Whatsapp para garantizar que todos se involucren con las actividades. “Desde mayo ya tenemos nuestros equipos armados y estamos participando de entrenamientos de manera constante”, agrega. Es así que, además de los partidos de práctica, los estudiantes buscan partidos en diferentes ligas en los que pueden participar y, no solo eso, también tienen entrenamientos físicos en los que corren, por ejemplo, por el Caminito de Huancayo para mejorar su resistencia.

“Aunque somos de diferentes ciclos y tenemos distintos horarios demostramos nuestro compromiso al entrenar desde las seis de la mañana o de diez a doce de la noche”, comenta Klinton Chávez. El delegado de fútbol también señala: “Más que un equipo somos una familia. Nos apoyamos siempre y no solo en los deportes, también en el lado académico. Nos acompañamos en cumpleaños y otras fechas importantes. Esto nos ayuda a fortalecer nuestra amistad”.

La entrega del equipo se ha demostrado en múltiples ocasiones. Winny Mallma, delegada de básquet, recuerda que en el 2016 tenían conformado el equipo para básquet, pero no sabían nada de balonmano. “Buscamos ayuda y entrenamos todos los días para aprender. Luego de mucho esfuerzo y constancia, logramos el segundo lugar”, destaca. “Aunque hemos logrado el campeonato por cuatro años seguidos, la carrera no se confía. Lo asumimos con humildad y entrenamos para lograr buenos resultados”, añade.

La barra

Los futuros ingenieros civiles reconocen que el mérito es también de la barra, pues esta juega un papel muy importante al acompañarlos en cada partido. “Estamos incentivando la participación de los estudiantes de primeros ciclos, motivándolos con premios a aquellos que se comprometan con la creación de barras. Felizmente tenemos gente a la que le gusta la música y se da el tiempo para apoyar. Nuestro objetivo es formarlos para que, cuando los mayores dejen la universidad, ellos sepan cómo organizarse y continúen dando lo mejor de sí”, comenta Luis Basualdo, delegado de barra.

Finalmente, y luego de destacar el apoyo de su coordinador, Roberto Vadillo, y sus docentes quienes los apoyan económica y anímicamente, los estudiantes de Ingeniería Civil dejaron a todos sus compañeros un mensaje: “A todos los integrantes de Ingeniería Civil, gracias por el apoyo. Ya son cuatro años que hemos demostrado esfuerzo, responsabilidad, competitividad y, sobretodo, unión para obtener el triunfo en las olimpiadas. Más que una carrera, somos una familia. Sigamos así”.

El dato

Mención aparte merece la mascota del equipo, “Hormigón armado”, llamado así en referencia al material de construcción reforzado con barras de hierro al interior y por otro lado a las hormigas, cuya característica principal es el trabajo en equipo. Este personaje, que cambia cada año, es caracterizado por estudiantes muy dinámicos y extrovertidos, y dentro de la carrera se ha convertido en todo un ícono.