Por: María Esther Aquino
En el 2020 durante la cuarentena, en el Perú, maestros y docentes comenzaron a idear cómo usar herramientas tecnológicas y pedagógicas para mantener el contacto con sus estudiantes, creando así sus oficinas dentro del espacio de sus hogares y recolectando un bagaje de estrategias y herramientas para impartir sus clases. Varios de los docentes iniciaron las clases virtuales experimentando sentimientos de frustración, miedo y agobio puesto que tenían que dar soluciones rápidas en circunstancias poco ideales y poco favorables.
De esta manera, un fenómeno socioeducativo comienza a emerger nombrandolo coronateaching o Enseñanza Remota de Emergencia (ERE) que es el proceso de transformar las clases presenciales a modo virtual, sin cambiar el currículo y la metodología. A partir de este suceso varios docentes comenzaron a sentirse abrumados, ya que esta nueva manera de enseñar exigía a los docentes que se adaptaran en la marcha y que tuvieran mayor flexibilidad para hacer frente a cualquier variación que podría ocurrir. Esto requería no solo un cambio de perspectiva en el proceso de enseñanza aprendizaje sino, también, en el aspecto personal de cómo percibían la disposición de sus habilidades y capacidades para asumir nuevos retos.
Y es que los docentes que estaban familiarizados y dominaban la tecnología también podían padecer los síntomas del coronateaching puesto que al estar expuesto al exceso de recursos tecnológicos los estímulos pueden generar tensión, desconcentración y reducción de los niveles de productividad.
Si no se gestiona adecuadamente los recursos tecnológicos la sobrecarga de información o las notificaciones de diversas aplicaciones pueden generar una sensación abrumadora.
Entonces, ¿Qué hacer ante los efectos del coronateaching?
Primero pensar que es una oportunidad para reflexionar en la acción y sobre la acción. Anota lo que piensas y sientes durante la ejecución de tu sesión de aprendizaje y realiza una cavilación en base a tu propia experiencia al terminar tu sesión de aprendizaje. Recuerda que a partir de cada experiencia se puede identificar qué estrategias funcionan y que no funcionan en este nuevo espacio de trabajo. Esto te permitirá crear tu propio bagaje de estrategias verificadas y luego podrás compartirlas con tus compañeros/as. ¡Desde la Universidad Continental se busca poner en práctica lo aprendido!
Segundo, recuerda que en la medida que practiques la reflexión sobre los métodos y estrategias empleadas durante la sesión de aprendizaje podrás seguir impulsando tu capacidad de análisis y toma de decisión para seguir mejorando tu práctica pedagógica. Y esto puede ser el inicio de un plan de acción, de una propuesta innovadora, que podría anticipar los próximos desafíos y transformar la práctica universitaria.
Desde la universidad fomentamos el enfoque constructivista y conectivismo que busca que tanto el docente como el estudiante sea el constructor de su conocimiento por medio de la interacción con el medio y la reorganización de sus estructuras mentales. Así como se fomenta el aprendizaje a partir de entornos colaborativos y colectivos. . Por lo que la reflexión en base a la práctica pedagógica está alineada a los dos enfoques que se promueven en el modelo educativo.
Tercero, acude a los diversos programas, capacitaciones y asesorías que brinda la Universidad Continental u otros espacios para potenciar las buenas prácticas pedagógicas y tecnológicas.
Para seguir profundizando en el tema revisa las siguientes referencias.
Referencias
Giannini, S. (2020). Covid-19 y educación superior: De los efectos inmediatos al día después. Revista Latinoamericana de Educación Comparada, 11(17), 1-57.
United Nations Educational Scientific and Cultural Organization (UNESCO), (2020). COVID-19 y educación superior: de los efectos inmediatos al día después: análisis de impactos respuestas políticas y recomendaciones. Caracas: IESALC. Recuperado de https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000375125.locale=es