Por: Celene Alata Carhuavilca~
Estamos llegando al cierre del periodo académico y es necesario incorporar una práctica reflexiva para evaluar, analizar y reflexionar sobre los logros alcanzados, los retos y oportunidades de mejoras que se han presentado con los estudiantes y en la propia labor como docente.
La práctica reflexiva es un proceso sistemático donde el docente cuestiona sus pensamientos, creencias y acciones pedagógicas, para tomar decisiones y mejorar su práctica de manera individual o colectiva, la cual será necesaria para su desarrollo profesional (Cabanillas y Pereda, 2021).
Esta autorreflexión, sobre la labor desempeñada a lo largo del periodo académico, sirve de base para identificar las buenas prácticas desarrolladas y aquellas experiencias que necesitan seguir mejorando. De este modo, se pueden ir bosquejando propuestas que puedan ser incluidas para los próximos períodos.
Preguntas para el proceso de reflexión
Para identificar buenas prácticas realizadas:
Estas pueden ser referencias para desarrollar propuestas innovadoras o se pueden seguir implementando con otros grupos de estudiantes con las adaptaciones necesarias:
- ¿Qué experiencias de aprendizajes desarrolladas durante el periodo académico rescataría como las más destacadas?
- ¿Cómo estas experiencias han impactado en el proceso de aprendizaje de mis estudiantes y cómo han contribuido en los resultados de aprendizaje de la asignatura?
- ¿Qué elementos (estrategias o recursos) hicieron que las experiencias sean memorables para mis estudiantes?
- ¿Cuál fue mi rol como docente durante el desarrollo de esas experiencias?
- ¿Qué rol asumieron mis estudiantes durante el desarrollo de esas experiencias?
- ¿Qué me motivó a realizar esas experiencias o por qué las sigo realizando con mis estudiantes, periodo tras periodo?
Para identificar oportunidades de mejora:
Con la información recopilada podrían plantearse nuevos diseños de experiencias de aprendizaje o podría evitarse repetir estrategias que no aportaron al desarrollo de los contenidos.
- ¿Qué experiencias realizadas no cumplieron mis expectativas y las de mis estudiantes?
- ¿Qué cambiaría de esas experiencias? ¿Qué recursos o estrategias no volvería a utilizar?
- ¿Cómo fue mi rol durante esas experiencias y cómo podría mejorarla?
- ¿Qué rescataría como positivo de esas experiencias?
- ¿Cuál fue la participación, actuación o rol de los estudiantes durante esas experiencias?
Para seguir mejorando la práctica docente:
Identifiquemos en este aspecto nuestras fortalezas evidenciadas en el periodo y aquellas prácticas que pueden seguir mejorando para el próximo periodo.
- ¿Qué aprendí en este periodo y puse en práctica?¿Cuáles fueron los resultados obtenidos?
- ¿Qué debo seguir perfeccionando para mejorar mi práctica docente?
- ¿Qué aprendí de mis estudiantes durante este periodo? ¿Cuáles pueden ser referentes para mejorar mi práctica con otros estudiantes?
- ¿Cumplí con mis objetivos/metas trazadas al inicio del periodo?
- ¿Qué habilidades desarrollé durante todo el periodo académico?
- ¿Contribuí en el desarrollo de habilidades/competencias/valores en mis estudiantes?
- Si tuviera la oportunidad de cambiar/mejorar de cómo vengo realizando mi práctica docente ¿Qué sería?
Recordemos que todas estas reflexiones se enmarcan en un contexto de elementos que tenemos control en nuestra práctica docente, sobre las propias experiencias realizadas, nuestros propios conocimientos aplicados y habilidades adquiridas, ya que podemos realizar un cambio/mejora directamente en ellos.
¿Qué otras preguntas de reflexión realizarías para mejorar tu práctica docente?