Por: Angela M. Mendoza Castro~
La educación maker forma parte de las pedagogías emergentes, su objetivo es promover la imaginación y creatividad a través de la acción; se sustenta en la teoría de John Dewey quien propugna el aprender haciendo.
La educación centrada en la cultura maker fomenta la puesta en práctica del conocimiento teórico logrado por los estudiantes, a la par que suscita la comunicación y colaboración, todo ello integrado a las habilidades y competencias de la educación del siglo XXI.
Marcos de referencia sobre la educación maker
El primer marco Dimensiones del Aprendizaje del Making y el Tinkering, guía al docente en el diseño de las actividades que el estudiante debe realizar, al mismo tiempo que permite la evaluación del logro de los aprendizajes (Rosenheck 2020).
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El segundo marco de referencia Prácticas para el Aprendizaje en los makerspaces detalla las habilidades que los estudiantes deben desarrollar y fortalecer, como son la indagación, búsqueda, selección y uso de recursos, construcción, evaluación, reflexión, comunicación y toma de decisiones. Los métodos recomendados para medir el logro de objetivos educacionales en la educación maker son el portafolio de proyectos, rúbricas, autoevaluación y evaluación de pares (Peppler etal., 2017)
Los makerspaces o aulas maker
La educación maker requiere de espacios físicos para la creación, denominados makerspaces, donde los estudiantes definen las necesidades y proponen soluciones que surgen de la innovación, mediante prototipos elaborados con diversos recursos y herramientas, materializando de ésta manera el aprendizaje autónomo y colectivo.
Los makerspaces son ideales para atender las necesidades de diversidad del aula y propicias para la aplicación del ABP (Aprendizaje basado en proyectos) puesto que fomenta el intercambio de ideas, asignación de roles y funciones, participación y colaboración efectiva para lograr el objetivo final.
El rol del docente es fundamental en la educación maker ya que debe crear las condiciones y facilitar el espacio para la exploración y descubrimiento junto a sus estudiantes quienes asumen el rol activo de su aprendizaje.
La aplicación de la cultura maker en la formación universitaria ha encontrado en las bibliotecas los espacios ideales para la construcción del conocimiento de forma colaborativa e interdisciplinaria. Algunos casos exitosos pueden observarse en el Bibliomakers de la Universidad de Granada Bibliomaker | Biblioteca UGR y en la Universidad Carlos III de Madrid, con el Maker Space que existe dentro del recinto universitario.