“Aprender con el corazón”
Inteligencia emocional: la clave silenciosa del rendimiento académico universitario
¿Qué pasaría si el éxito académico no dependiera únicamente del coeficiente intelectual, sino también y quizás más de la capacidad para gestionar emociones? Esta pregunta deja de ser especulativa cuando revisamos investigaciones recientes sobre el impacto de la inteligencia emocional en instituciones educativas en el rendimiento académico. En un mundo cada vez más incierto y emocionalmente desafiante, educar el corazón es tan importante como educar la mente.
El estudio Inteligencia emocional, competencias emocionales y rendimiento académico en estudiantes universitarios: un estudio de caso, realizado por Martínez-Rodríguez y Ferreira (2024), ofrece una visión integral sobre cómo las habilidades emocionales influyen en el desempeño académico en la educación superior. Este artículo de divulgación está dirigido a docentes universitarios interesados en integrar la inteligencia emocional (IE) en sus estrategias pedagógicas.

Imagen generada en freepik
Los autores en la investigación analizan la relación entre la inteligencia emocional, las competencias emocionales y el rendimiento académico en estudiantes universitarios. Se enfoca en identificar diferencias según el género y las ramas de conocimiento, así como en detectar áreas de mejora en habilidades emocionales (Martínez-Rodríguez & Ferreira, 2024).
El objetivo principal es examinar cómo la inteligencia emocional y las competencias emocionales se relacionan con el rendimiento académico, considerando variables como el género y la rama de conocimiento. Además, se busca identificar áreas específicas donde se pueden implementar mejoras en habilidades emocionales (Martínez-Rodríguez & Ferreira, 2024).
La muestra incluyó a 123 estudiantes de la Universidad de León, distribuidos entre 90 de Grado y 33 de Máster. Se utilizaron las escalas TMMS-24 (Trait Meta-Mood Scale) y CDE-A (Cuestionario de Desarrollo Emocional–Adultos) para evaluar la inteligencia emocional y las competencias emocionales, respectivamente. Además, se recopilaron las notas medias del expediente académico para medir el rendimiento (Martínez-Rodríguez & Ferreira, 2024).
Fuente del gráfico: Elaborado con apoyo de https://app.napkin.ai/
Conclusiones y recomendaciones para docentes
Los hallazgos del estudio subrayan la importancia de integrar la inteligencia emocional en la educación superior. Se recomienda a los docentes universitarios:
- Diseñar intervenciones específicas: Adaptar estrategias educativas que fortalezcan las dimensiones emocionales según las necesidades de cada rama de conocimiento.
- Fomentar la regulación emocional: Implementar actividades y talleres que ayuden a los estudiantes a desarrollar habilidades de autorregulación emocional.
- Incluir la inteligencia emocional en el currículo: Considerar la incorporación de asignaturas o módulos específicos sobre inteligencia emocional.
- Promover un enfoque integral: Reconocer que el desarrollo de competencias emocionales no solo mejora el rendimiento académico, sino que también prepara a los estudiantes para enfrentar desafíos personales y profesionales (Martínez-Rodríguez & Ferreira, 2024).
Lee el documento completo haciendo clic en el siguiente botón: