Por: Lincol Delgado Perez
La educación digital ha transformado la manera de enseñar y aprender, impulsada por la integración de nuevas tecnologías en entornos pedagógicos. En este contexto, el Tecnológico de Monterrey ha sido un pionero en la adopción de metodologías digitales que han permitido la creación de experiencias de aprendizaje más significativas, apoyadas en el uso de herramientas avanzadas como la inteligencia artificial, la realidad extendida y los entornos virtuales colaborativos.
Una de las claves de este avance ha sido el concepto de tecnopedagogías innovadoras, que se refiere a la integración intencionada y sistemática de tecnologías emergentes con el objetivo de potenciar el aprendizaje. Estas
tecnologías no solo mejoran el acceso a los contenidos educativos, sino que también permiten personalizar la enseñanza, adaptándose a las necesidades específicas de los estudiantes. Según el informe de innovación educativa del Tecnológico de Monterrey, se destaca la necesidad de un enfoque centrado en el estudiante, donde las plataformas digitales y el aprendizaje híbrido sean pilares clave para una educación de calidad (Tecnológico de Monterrey, 2024).Sin embargo, la creación, adopción de recursos digitales innovadores, nos plantea la pregunta
¿Cómo asegurarnos que estos recursos sean de alta calidad?, para ello Cárdenas (2024) hae referencia a la “Guía de indicadores de calidad para recursos educativos digitales”, una obra esencial para quienes están inmersos en la creación y uso de estos recursos, escrito por María Luisa Zorrilla, Silvia Farías Gaytán y Claudia Vicario. En ella se ofrece un marco sólido y bien fundamentado para evaluar y mejorar la calidad de los recursos educativos digitales.
Por ejemplo, el aprendizaje adaptativo es una de las tecnopedagogías más prometedoras, permitiendo que los sistemas educativos ajusten el contenido y la dificultad de los materiales en función del progreso individual de cada estudiante. Asimismo, la implementación de entornos inmersivos mediante realidad virtual y aumentada abre nuevas posibilidades para el aprendizaje experiencial, ofreciendo simulaciones y escenarios interactivos que enriquecen la comprensión teórica con aplicaciones prácticas.
Un aspecto fundamental en la educación digital es la actualización constante del profesorado. Dado el rápido avance tecnológico, y la necesidad de incorporar prácticas pedagógicas vanguardistas, exige que los docentes participen de procesos de formación continua para dominar herramientas digitales y aplicarlas eficazmente en sus métodos de enseñanza. Esto contribuye a crear un ambiente educativo más flexible y adaptado a las necesidades actuales, fomentando el aprendizaje activo y enriquecedor tanto para alumnos como para docentes.
En el artículo, “Un nuevo ciclo una nueva oportunidad…”, el Dr. Mezarina menciona que “mirando hacia el futuro, las instituciones deben mantenerse en constante evolución, para seguir siendo relevantes”. (Mezarina, 2024). En dicho contexto, la colaboración internacional y el intercambio de buenas prácticas son herramientas vitales para abordar desafíos clave como la sostenibilidad, la inclusión y la internacionalización. Estas acciones permiten que las instituciones no solo respondan a los retos actuales, sino que también promuevan una educación más equitativa y accesible, favoreciendo a un impacto global positivo en la enseñanza.
El futuro de la educación está fuertemente ligado a la innovación digital. Las instituciones deben seguir explorando nuevas actividades tecnopedagógicas que no solo mejoren el acceso a la educación, sino que también promuevan un aprendizaje más profundo y adaptado a los desafíos de un mundo en constante evolución.