Por: Dr. Carlos Mezarina Aguirre ~
Usualmente la experiencia de la programación y diseño de las asignatura, ha seguido la lógica de la distribución espaciada de las mismas en un período académico de 16 semanas, así tenemos que una asignatura se desarrolla, por ejemplo, en 4 horas semanales, totalizando 64 horas en todo el período, de esa misma manera se distribuyen las diversas asignaturas según el número de horas establecidas en los planes de estudio, en forma gráfica sería:
Basado en ello, considerando que tiene horas teóricas y prácticas, los docentes diseñan o planifican su intervención según la cantidad de sesiones que se programen para cada asignatura. Por otro lado, los estudiantes participan en la semana teniendo un conjunto de asignaturas a desarrollar, la cantidad dependerá del número de créditos en las que se hayan matriculado en dicho período académico.
Bloques de aprendizaje
Esta forma de programar y desarrollar las experiencias de aprendizaje es la que usualmente se tiene en los diversos niveles educativos, y la educación universitaria no escapa de ella, mostrando así su eficacia a lo largo del tiempo. Por ello, considero que puede ser una oportunidad para explorar otras formas de programar y desarrollar las asignaturas, es así que a continuación detallo la propuesta de los bloques de aprendizaje.
Un bloque de aprendizaje, mencionado por McKie (2022), es un modelo en el que los estudiantes aprenden una asignatura a la vez, generalmente durante un período de entre tres y seis semanas. Por lo que viene a constituir la concentración de las horas de la asignatura en bloques, posibilitando al estudiante abordar el desarrollo de estas en forma progresiva y secuencialmente, generando así especialización de estos, así tendríamos, por ejemplo:
Modelo 1: Asignaturas diversas estructuradas en bloques
Modelo 2: Línea de asignaturas desarrolladas en un mismo período académico
Ventajas
Esta forma de programar y desarrollar las asignaturas presenta las siguientes ventajas:
Dedicación exclusiva a la asignatura, sin distracciones, por cuanto no desarrolla asignaturas en paralelo.
Profundización y especialización en la disciplina de estudio.
Concentración de la dedicación docente en ese período de tiempo.
Desarrollo de una línea de conocimientos en forma articulada.
Organización de las asignaturas con base en una competencia, con el resultado de poder certificar el logro de esta.
Oportunidad de diseñar experiencias de aprendizaje articuladoras, pero que se desarrollan en bloques.
Optimizar espacios de interacción de la enseñanza-aprendizaje.
Permite a los estudiantes en cualquiera de las modalidades de estudio enfocarse en un bloque (asignatura) a la vez.
Esta forma de programar y desarrollar las asignaturas enriquece la experiencia formativa de los estudiantes, por cuanto, se incorpora a las otras formas de vivencia de los planes de estudio.