Por: Daniela Parodi ~
La transición de la escuela secundaria a la universidad es un momento único, que marca el paso de la adolescencia a la adultez. Este período de desarrollo, aproximadamente entre los 18 y los 25 años, es emocionante y desafiante, ya que estos estudiantes universitarios de primer ciclo comienzan a experimentar su deseo de autonomía pero aún se encuentran con la necesidad de apoyo para navegar en esta nueva institución. El éxito de esta transición, y posterior culminación de sus estudios, está en lograr un equilibrio entre ambas.
Durante este período de transición, los estudiantes universitarios, especialmente estudiantes universitarios de primera generación, de minorías raciales y étnicas y de bajos ingresos, podrían beneficiarse del apoyo académico y social (Engle, J & Tinto, V, 2008). Es importante que docentes que están en instituciones universitarias con una población universitaria con estas características, tomen en cuenta que esta población de estudiantes necesita de mucha orientación y apoyo, especialmente en los primeros ciclos. Dicho acceso al apoyo es importante para la retención y éxito universitario de los estudiantes, ya que estudios muestran que más del 25 % de estudiantes de primera generación universitaria (Greenwald R, 2012) no regresarán después de su primer año de universidad.
¿Cuál es la principal barrera? - Disparidad en la búsqueda de ayuda
Distintos factores pueden influir en la búsqueda y adquisición de apoyo por parte de los estudiantes. Estudios sugieren que las actitudes de búsqueda de ayuda (es decir, la voluntad o rechazo a buscar ayuda (Karabenick, 2004) y las creencias sobre la utilidad de buscar apoyo, influyen significativamente en los niveles de apoyo recibido (Smith, 2010). Es importante destacar que los estudiantes que más necesitan ayuda a menudo evitan buscarla.
Factores que estarían contribuyendo a esta disparidad en la búsqueda de ayuda son:
Estas diferencias en el comportamiento de búsqueda de ayuda y el apoyo recibido contribuyen a las disparidades en el logro educativo entre los estudiantes universitarios, en particular aquellos de primera generación universitaria.
¿Cómo podemos ayudar a nuestros estudiantes?
La literatura ha enfatizado la importancia del apoyo social y del rol del docente en el ajuste y la integración universitaria de los estudiantes (Hurd, 2018) y el éxito académico, especialmente para estudiantes de primer año. El apoyo social se entiende como las diversas formas de asistencia proporcionadas por diferentes fuentes (por ejemplo, amigos, familiares, maestros, mentores), y los beneficios y recursos que uno recibe a través de sus redes de apoyo social que pueden ayudar en el desarrollo del comportamiento de los jóvenes y el logro de metas.
El apoyo del docente a estudiantes de primera generación se centra en la importancia de entender las dificultades de estos, quienes generalmente no comprenden las expectativas de los docentes sobre su desempeño y es más probable que eviten relacionarse con sus instructores en los momentos que necesitan ayuda (Collier, Morgan, 2008). Estos estudiantes sienten una falta de apoyo por parte de los docentes y tienden a tener menos interacciones con ellos por el temor a ser juzgados ya que pueden sentir que no están comprometidos con su éxito.
En comparación con los estudiantes cuyos padres tienen al menos algo de experiencia universitaria, los estudiantes de primera generación no tienen el mismo nivel de soporte familiar para ayudarlos a navegar por el sistema universitario y carecen del conocimiento sobre el proceso de preparación universitaria.
Por lo tanto, es crucial que tanto la universidad a nivel institucional, como los docentes a nivel más personalizado, brindemos soporte a esta población estudiantil para promover habilidades de búsqueda de ayuda y facilitar conexiones de apoyo durante la transición a la universidad.