“A través de la historia, el circo fue la forma mediante la cual los niños conocieron a los animales salvajes y domésticos. Sé que hay circos que mantienen condiciones óptimas para animales salvajes; sin embargo,  no apoyo la idea de sacarlos de su habitad, enseñarles trucos y utilizar el maltrato para lograrlo”, dijo Hugo Muñoz o “Pitillo”, quien presentó su libro “El manifiesto del payaso” en el Centro Cultural de la Universidad Continental.

Asimismo, precisó que prefiere trabajar con animales domésticos mediante técnicas con juegos y premios, explicando que el trabajo que siempre prevalece en el Circo de la Alegría es el entrenamiento basado en el amor.

Contó que el libro representa su experiencia adquirida en el mundo circense, donde vivió anécdotas, vivencias y el descubrimiento de un personaje  que vive dentro de él.

Vocación. “Descubrí mi verdadera vocación cuando tuve cáncer y era publicista. Sin embargo, la enfermedad me dejó sin dinero y empecé con mi carrera artística; descubrí mi vocación por la enfermedad”, dijo Pitillo.

Manifestó, que el payaso como personaje, encuentra su camino en el fracaso, porque en sus maneras de hacer reír a la gente descubre el rechazo o acogida del público  para mejorar sus talentos.

Con la humildad y alegría que lo caracteriza, Hugo Muñoz describió su atrevimiento de ingresar a la literatura para que entre líneas y desde una óptica sincera y peculiar,  exprese su análisis de las preocupaciones por este arte escénico y una ocupación pocas veces valorada en la actualidad.