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Honestidad, un valor del ADN Continental

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Probablemente las noticias que cada mañana veamos o escuchemos, en lugar de animarnos, nos desanimen. Cuando personajes públicos de todas las esferas se ven involucrados en actos ilícitos, ya sean de corrupción, narcotráfico o violencia, es imposible sentir decepción e incluso frustración. Además de ello,  en muchos casos  a nuestra sociedad se la identifica como aquella donde el que practica la filosofía de “pepe el vivo” es el mejor, sino, pasa a la categoría de “monse”.

Sin embargo, es alentador saber y reconocer que la honestidad como valor, todavía perdura en las prácticas de muchos jóvenes y  esto de hecho, nos hace sentir más esperanzados. Es el caso de Nilton David Julca Daza, de la carrera de Ing. Eléctrica y Sofía del Pilar Monge Palomino, de la carrera de Psicología quienes el pasado miércoles encontraron una billetera y un celular en la calle, nadie los vio, ellos pudieron quedarse con estos objetos pero en un acto de respeto, consideración y mucha honestidad, decidieron devolver de inmediato estas pertenencias.

“Creo que he tenido mucha suerte, pero además creo que hay mucha esperanza todavía en las nuevas generaciones, porque todavía vemos jóvenes honestos, que se identifican con la verdad, la consideración y el respeto. En verdad creo que estos actos, deben ser reconocidos, porque a pesar de ser actos en apariencia pequeños, podrían resultar movilizadores y al mismo tiempo transformadores”, declaró Norma Cavero Noche,  dueña de las pertenencias.

Cabe destacar que, en un contexto altamente competitivo, aparentemente la ética y responsabilidad han quedado de lado, pero hoy más que nunca, necesitamos ciudadanos, que hagan de los valores una práctica cotidiana, esto fortalece las capacidades blandas de los nuevos líderes que la sociedad pide a gritos.

La honestidad, decía el escritor Mark Twain, es la mejor de todas las artes perdidas; sin embargo, hoy, gracias a Nilton y Sofía podemos refutar esta hipótesis y reconocer que nuestros jóvenes están en un claro camino hacia la integridad, aquella actitud que nos lleva siempre a hacer lo correcto aunque nadie no esté mirando.

¡Gracias chicos!

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